Chimbote fue escenario y
testigo de miles de fieles peregrinos, representantes del Papa Francisco,
obispos, sacerdotes y autoridades diplomáticas
de Italia y Polonia, que se reunieron para dar honor a la beatificación a los
tres sacerdotes mártires: Miguel Tomaszek, Zbignew Strzalkowiski y Sandro Dordi, que
fueron cruelmente asesinados hace 15 años
cuando cumplían con su misión evangelizadora en Pariacoto y Santa.
El estadio Manuel Rivera Sánchez abrió sus puertas desde las
6 de la mañana para dar inicio a la ceremonia que albergó a más de 28 mil
personas, congregando a toda la iglesia católica, feligreses y autoridades.
Como se recuerda a principios de agosto de 1991, los
religiosos franciscanos Michael Tomaszek y Zbigniew Strzalkowski, fueron
asesinados en la localidad de Pariacoto por terroristas, durante la violencia
subversiva que azotaba a Perú en aquellos años. Dos semanas después, el Padre
Sandro Dordi también fue asesinado por terroristas en la localidad de Santa. Por
ello, Tras la lectura en latín de la carta apostólica firmada por el papa
Francisco, los tres sacerdotes que ofrendaron la vida por su fe, ya son beatos.
En su homilía, el cardenal Amato manifestó que los mártires
nos dejan tres grandes lecciones: el primero es un mensaje de fe. Los mártires
superaron las numerosas dificultades de su misión en tierra peruana gracias a
una extraordinaria confianza en la providencia divina. Un segundo mensaje es el
de la caridad, ya que por amor se han hecho misioneros, impulsados por la
influencia de anunciar a Cristo y de llevar a los pueblos la Buena Nueva del
Evangelio y el tercer mensaje que dejan los mártires “es el de la fidelidad a
la vocación cristiana y misionera”. Los mártires eran asiduos a la oración,
llevando con alegría una vida pobre y sencilla.
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