martes, 18 de agosto de 2015

Leticia de Jesús Rodríguez

Sor Leticia de Jesús Rodríguez nos comparte su historia vocacional.

Todo empezó cuando yo tenia como ocho años, bueno al menos cuando recuerdo tener conciencia de la presencia de Dios en mi vida.  Mi papá me llevó a visitar a una tía que pertenecía a otra congregación religiosa y fuimos una tarde de visita a su convento.  Recuerdo que, mientras mi papá charlaba con mi tía, yo estaba sentada en una banca afuera de la capilla, rodeada de un jardín muy bonito.  Yo podía escuchar los sonidos de las estudiantes en ese lugar, y el de las hermanas en sus quehaceres regulares.  No lo puedo expresar con palabras pero yo me empecé a sentir tan a gusto, en paz, y sosegada que pensé: “que bonito seria para mí vivir aquí'.  Mi papá luego me comentó que en ese momento mi tía le pregunto: “¿qué estará pensando Leticia?”  Fue cuando me di cuenta de una gran estatua del Sagrado Corazón de Jesús que, desde dentro de la capilla parecía que me estuviera viendo atentamente y como si quisiera hablar conmigo; recuerdo que, en un impulso yo comencé a hablar con la imagen de Jesús y le dije: “Jesús, yo quiero ser tu novia para siempre; te prometo que nunca me casaré para poder ser tu novia para siempre”. Claro después se me olvido la promesa hecha a Jesús, especialmente durante mi adolescencia y principios de mi juventud, pero creo que Jesús nunca la olvido pues permitió que yo la recordara tiempo después.
                  La oportunidad de hacer efectiva la promesa a Jesús que le hice cuando era niña, me llegó cuando cumplí los veintiuno; yo estaba comprometida en matrimonio con un muchacho que había sido mi novio por ya mas de cinco años y pues creíamos que ya era justo y necesario casarnos.  Pero yo no estaba a gusto, había algo en mi interior que no me daba paz, era como si estuviera caminando hacia una nueva situación que no era para mí, que no me iba a ser feliz.  Así es que platicamos, mi novio y yo, y decidimos ir juntos a un retiro para jóvenes que estuvieran planeando ser parejas en un futuro próximo.  
Así lo hicimos, sin embargo él ya no se sintió motivado para regresar al curso; yo si me sentí motivada a continuar y terminar el programa.  Al termino de la semana se nos preguntó a los participantes acerca de hacia donde veíamos nuestro futuro y pues claro que yo dije que hacia un compromiso de servicio, pero que definitivamente no hacia el matrimonio. Este reconocimiento me dio la sensación de libertad por primera vez después de algún tiempo de sentirme insegura.  Claro que el resultado fue, que mi compromiso en matrimonio se cancelo, y esto me dio aun mas felicidad y libertad.
Como resultado de la afirmación que recibí después del retiro, busque como canalizar mi deseo de servir, así es que ingrese a un grupo juvenil de reflexión Bíblica y preparación para algún ministerio en la Iglesia. Yo me preparé para ir de “misiones” a lugares necesitados en mi país, México.  Fui miembro del grupo de jóvenes misioneros por dos años, durante los cuales encontré que podía ser muy feliz sirviendo a los demás y esto me dio una nueva libertad, en la experiencia de aventura y servicio que nunca antes había experimentado. 
Durante mi tiempo como joven misionera laica, yo recordé, o Jesús me recordó que yo le había prometido nunca casarme y permanecer como su “novia para siempre” así es que renové esta promesa, de manera privada por supuesto y esto me dio paz y estabilidad emocional, por un tiempo al menos.
En el fondo de mi corazón yo no estaba en paz, con el tiempo me di cuenta de que mi necesidad de Dios no se saciaba sino que crecía cada día.  Entre en una crisis muy fuerte al darme cuenta de que yo quería tener un compromiso de tiempo completo con Jesús, pero me sentía atada aun a varias situaciones como son el trabajo, mis amistades, diversiones y aventuras; y de un modo especial mi familia, mas concretamente mis padres. 
En esta etapa fue cuando Dios envió a mi vida a una hermana de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado. La hermana  fue un regalo de Dios para mí, con su experiencia y compromiso me ayudo a discernir lo que Dios quería de mí.
Un día, estando en entrevista y después de discutir y llorar mi propia situación, la hermana me dijo: “Leticia, ¿crees en mí? ¿Crees que yo te hablaría con la verdad? Yo le contesté que sí. Desde la fe, yo la consideraba enviada de Dios para mí, entonces ella me dijo: “Leticia, tú tienes vocación para la vida religiosa; Jesús, Verbo Encarnado te está llamando a servirlo, ¿crees tú esto? En ese momento me di cuenta que esas eran las palabras que mi corazón estaba ansiando escuchar y le contesté en medio de lagrimas, que sí, creía.
Después de esa entrevista, entré a un proceso de preparación que, aunque no fue nada fácil sino todo lo contrario, finalmente pude ingresar a la vida religiosa en la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado, el 5 de septiembre de 1985.  Hice mi primera profesión el 15 de Agosto de 1988; y de verdad confío que  Jesús Verbo Encarnado me permita, y a ustedes lectoras(es) pidan por mí, para que yo pueda continuar y terminar mi vida en este mundo siendo  'suya para siempre”. Hasta el final.

miércoles, 5 de agosto de 2015

Sister Peggy Bonnot una luz en el ministerio hispano


Nuestra hermana Peggy Bonnot, una de las fundadores de El Puente Ministerio Hispano, creció en Jefferson City, estudió en las escuelas parroquiales, y se dio cuenta desde muy joven que quería ser como las hermanas que ella conocía. Esa fue su primera motivación para unirse al Congregación, y a medida de su formación conoció y escuchó testimonios vocacionales de más hermanas y sacerdotes.
"Supongo que en ese momento me puse a orar y simplemente le pedí a Dios que me enviara una señal para darme a conocer", dice Sister Peggy -como la conocen.

Los signos.
"Yo tenía amigos que entraban a la vida religiosa, me interesé y seguí ese camino", dijo. "Cuando fui al convento, me sentí muy bien."
El 15 de agosto, Sister Peggy celebrará su jubileo número 51 como Hermana de la Caridad del Verbo Encarnado.

Su vida.
Sister Peggy asistió a la Universidad del Verbo Encarnado, formándose en educación primaria en Inglés y Español. En su primera clase de español como universitaria, ella recuerda que desarrolló un interés en las culturas hispanas, que fue profundizado con nuestras hermanas hispanas.
"Siempre pensé que tenían una hermosa cultura. En muchos aspectos, son personas muy cariñosas. Hay mucha creatividad en la cultura y son muy libres. Les encanta cantar, son artistas y bailan precioso. Además, tienen una fuerte vida familiar. Son muy leales a sus miembros de la familia", comparte Sister Peggy.
Persiguió su maestría en la educación escolar-kindergarten  con una especialización en la lectura, de la Universidad de Missouri-St. Louis. A partir de ahí, ella enseñó en Missouri y Texas, y en un momento, acompañaba en el ministerio pastoral en California, Missouri. Cuando regresó a su ciudad natal, Peggy tuvo conocimiento de las crecientes necesidades de la comunidad hispana, dijo. Ella y dos amigas, que también son religiosas, decidieron tomar medidas y formar una organización en 1999, que se hizo conocido como El Puente.
"La comunidad hispana crecía en ese momento y ellos mismos realmente querían preservar sus patrimonios culturales, que incluía su fe. Ellos estaban pidiendo que la misa esté en español. Y fue a través de las personas que asistían a esas misas que otras necesidades surgieron. Era una población joven en su mayor parte con hijos  pequeños", explica.
En  El Puente, ella y otras hermanas asistian necesidades médicas. A menudo actuaban como intérpretes durante las visitas prenatales y eran una presencia materna en las salas de parto. "Es como nos volvimos sus abuelas", dice.  "Cuando tienen a sus bebés, estamos a menudo allí. Estamos también como apoyo, porque muchos de sus madres no son capaces de llegar. Es una ayuda extra para ellos ".

El camino contínua.
Durante 16 años, Sister Peggy ha dado oportunidades y ayuda a los más vulnerables de la sociedad. Ella planea continuar su misión para el resto de su vida de una manera u otra.
"Miro hacia atrás y digo: 'Dios está cuidando de nosotras. Debemos estar haciendo algo bien. Dios quiere que sigamos así, con puertas que permanecen abiertas."

Fuente: News Tribune - By Brittany Ruess

Sr. Peggy Bonnot a guiding light for local Hispanic ministry

Our sister Peggy Bonnot,CCVI  is one of the founders of El Puente Hispanic Ministry. For 16 years, she has given opportunities and assistance to  Spanish-speaking families bridge the gap between the two worlds of Latin America and the United States. Families immigrated to Missouri from numerous countries, including Mexico, El Salvador and Guatemala. “I look back and say, ‘God is taking care of us. We must be doing something right, she said. “God wants us to continue so the doors stay open.”
Read more: http://bit.do/9tPd 

martes, 4 de agosto de 2015

Sister Louise Ann Delisi

What a blessing it was for me that my parents chose to live in St. Ann's Parish and to send me and my three siblings to St. Ann's School when we moved to Texas from Memphis, Tennessee in 1936!
The Sisters of Charity of the lncarnate Word staffed our school and I can still name each teacher from each grade 1.It was during these years when I experienced the kindness of the Sisters, and the wonderful feeling that they loved us and respected us, that I began to desire to be a Sister “just like them."
However, while I was in High School, my social life was such fun that I began to tell God, "Don't call me. Call my sister, she's the holy one!" Now, after sixty-seven years in Religious Life, l can truly say that l am deeply grateful that God did not listen to me and that He gave me the grace to respond to His loving call.
Religious Life in general is now very different from the experience of those of us who became "Brides of Christ" in August of 1947, but the call, the intimate relationship with our Beloved Jesus, sharing in Community, and the opportunity to serve and accomplish much more as a congregation than one could ever do as an individual, remains the essence of Religious Life. Jesus promised us that if we would leave home and family (and lead a counter-culture lifestyle), He would provide a hundredfold of homes, families and life everlasting! [Matthew 19:29]. Jesus also promised, "l am with you always, until the end of the world!" [Matthew 28-20]. Jesus has been faithful. He has also understood my need for redemption and forgiveness; and especially my need for His love which allows me to pray with the psalmist: “One thing l ask of the Lord, this l seek, to dwell in the House of the Lord all my days, that l may gaze on the loveliness of the Lord." [Psalm 27].

Sister Louise Ann Delisi entered the Congregation of the Sisters of Charity of the lncarnate Word in San Antonio, Texas in 1947 and made perpetual vows in 1955. For ten years Sister Louise served in ministry in elementary schools in San Antonio, Kerrville and San Angelo, Texas. For eighteen years Sister served as Business Manager at lncarnate Word College. She taught at lncarnate Word High School for four years, before moving to Austin, Texas to be near her elderly mother while she served as Adult Education Director in St. Louis Parish. Upon her return to San Antonio, Sister Louise worked for four years at St. Pius X School and five years at CHRISTUS Santa Rosa, before retiring to The Village at lncarnate Word.

La vocación de Sister Louise Delisi

¡Fue una gran bendición para mí que mis padres que eligieran vivir en la Parroquia de Santa Ana y que me llevaran a mí y a mis tres hermanos a la Escuela de Santa Ana cuando nos mudamos a Texas de Memphis, Tennessee in 1936!
Las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado se encargaban de nuestra escuela y yo todavía recuerdo el nombre de las maestras de cada grado. Durante estos años experimenté la bondad de las Hermanas y la sensación maravillosa de que ellas nos amaban y nos respetaban, así que empecé a desear ser una Hermana “igual que ellas”.

Sin embargo, cuando estaba en Preparatoria, mi vida social era tan divertida que empecé a decirle a Dios: “No me llames. ¡Llama a mi hermana, ella es la santa!”. Ahora, después de sesenta y siete años de Vida Religiosa, puedo decir que en verdad estoy profundamente agradecida de que Dios no me haya escuchado y de que me haya dado la gracia de responder a su llamado de amor.

Ahora, la Vida Religiosa en general es muy diferente a la experiencia que vivimos las que nos convertimos en “Esposas de Cristo” en agosto de 1947, pero el llamado, la relación íntima con nuestro Amado Jesús, el compartir en Comunidad y tener la oportunidad de servir y de alcanzar muchos más logros como Congregación que los que podríamos tener como personas, sigue siendo la esencia de la Vida Religiosa. Jesús nos prometió que si dejábamos nuestra casa y nuestra familia (y teníamos un estilo de vida opuesto a la cultura), ¡Él nos daría cientos de hogares, familias y la vida eterna! [Mateo 19:29]. Jesús también prometió: "¡Yo siempre estaré con ustedes, hasta el fin del mundo!" [Mateo 28-20]. Jesús ha sido fiel. También ha entendido mi necesidad de redención y de perdón; y en especial mi necesidad de su amor que me permite orar con el salmista: “Una sola cosa le pido al Señor y es lo único que persigo: habitar en la casa del Señor todos los días de mi vida para contemplar la hermosura del Señor y recrearme en su templo”. [Salmo 27].


S. Louise Ann Delisi, entró a la Congregación de las Hermanas de la Caridad del Verbo Encarnado en San Antonio, Texas en 1947 e hizo sus votos perpetuos en 1955. Durante diez años, ella trabajó en el ministerio de las escuelas primarias en San Antonio, Kerrville y San Angelo, Texas. Durante dieciocho años, prestó servicios como Gerente de Negocios en el Colegio del Verbo Encarnado. Fue maestra en lncarnate Word High School durante cuatro años antes de mudarse a Austin, Texas para estar cerca de su madre anciana mientras trabajaba como Directora de Educación para Adultos en la Parroquia de San Luis. A su regreso a San Antonio, trabajó durante cuatro años en la Escuela San Pio X y cinco años en CHRISTUS Santa Rosa, antes de retirarse a la Villa del Verbo Encarnado.