La geotransformación ha comenzado. El planeta Tierra está inmerso
en un cambio insólito, acelerado, que de una manera o de otra está llegando a
todos los rincones. Las temperaturas van a seguir aumentando y hacia 2050, la
media planetaria será entre uno y dos grados más alta que ahora, dependiendo de
cuántos gases de efecto invernadero emitamos. Desde la época preindustrial,
hacia 1780, la temperatura media del planeta ha subido ya 0.8 grados y no es
que la Tierra no haya sufrido cambios en el pasado, al contrario, ha sido
abundantes, pero no hay registro de ninguno tan rápido como el actual. La gran
novedad, además, es que en esta ocasión el fenómeno se debe a la actividad
humana.
La Agenda Internacional de la Energía (AIE) ha publicado un
informe especial sobre el futuro del clima
y ha hecho un llamado de atención a los gobiernos: el año 2020 será
demasiado tarde para tomar decisiones. Algunas deben ser adoptadas antes de esa
fecha si se quiere mantener el objetivo de 2ºC y el sector energía debe reducir
sus emisiones a partir de ahora a una tasa de 5% anual.
Evitar el cambio climático peligroso implica mantener un nivel de
concentración de gases de efecto invernadero por debajo de las 450 ppm que
asegure un aumento de la temperatura media del planeta no superior a los 2ºC.
Esta es la meta que se trazó la Convención del Cambio Climático en 2009.
La Cumbre sobre cambio climático de París de 2015 debe acordar un
nuevo reparto de emisiones, esta vez con la inclusión de las potencias
emergentes como parte fundamental. El objetivo es llegar -con una etapa
preparatoria en Lima a finales de 2014- a un compromiso ambicioso hasta 2020
que sustituya el acuerdo de Kioto.
La última ronda de negociaciones de la Convención de Cambio
Climático (Doha 2012) estableció el año 2015 como fecha límite para alcanzar
una serie de acuerdos que entrarán en vigor en el año 2020. Pero lo que viene a
alertar el informe es que esa es una fecha demasiado retrasada para asegurar el
mantenimiento de la estabilidad climática, por las emisiones que se habrán
acumulado hasta entonces. Para lograr esta meta es necesario que las emisiones
alcancen su <<pico>> en 2020 y luego comiencen a descender
vigorosamente. Con las emisiones creciendo constantemente y un acuerdo que
recién comience a implementarse en esa fecha, esto resultará imposible.
Muy importante y esperanzador es que en EEUU la Casa Blanca ha
dado un cambio importante: ha aceptado las evidencias del cambio climático y ha
pasado a convencer a sus ciudadanos de la necesidad de tenerlo en cuenta y
cambiar de hábitos. Merece la pena conocer el último informe (en inglés): http://globalchange.gov
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