jueves, 2 de marzo de 2017

¿Quién nos convierte?

Al comenzar la cuaresma se nos invita a la conversión. Pero eso no es un empeño voluntarista, ni un cúmulo de propósitos que una(o) misma(o) tenga que lograr. Es Dios quien nos convierte, cuando le dejamos. Es Dios quien transforma nuestras vidas y le da hondura y plenitud. Es Dios quien nos hace madurar y crecer, asumir la vida con toda su complejidad. El Dios que, infatigable, está trabajando en cada una(o) de nosotras(os).

“Cuantos se dejan llevar del Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y no han recibido un espíritu de esclavos, para recaer en el temor, sino un espíritu de hijos que nos permite gritar: Abba, Padre” (Rm 8,14-15)

Has cambiado mucho en la vida. Desde que eras pequeña(o) hasta hoy. Has conocido gente, has compartido historias, has tenido aciertos y algún que otro descalabro. Y ahora eres consciente de que cuando te has dejado acunarte o sacudirte, cuando has dejado que su palabra llegue hasta tus entrañas, entonces tú has cambiado.
Pero a veces, somos lentas(os), y a menudo sordas(os) o perezosas(os) para Él. Nos atascamos en mil dinámicas que no nos dejan vivir a su manera. Nos vemos débiles, a veces necias(os)… Menos mal que Él no se cansa de modelarnos, nos sigue transformando con manos firmes. Él sabe a dónde nos quiere llevar.

¿Dónde te ves necesitada(o) de conversión?
¿Dónde sientes que Dios trabaja en ti?

Al tiempo que somos conscientes de que va tocando otras vidas, otras historias, otra gente, en ocasiones nos reconocemos en otros rostros, y nos sentimos cercanas(os) a otras vidas, porque sabemos que detrás de todas(os) estás Él, uniéndonos, trabajando en cada ser humano, sin rendirte con nadie, porque cree en todas(os).

Señor, tú trabajas en aquellos a quienes quiero, y también en aquellos que me hacen sufrir. En los cercanos y los lejanos, en las víctimas y los verdugos. Tú trabajas incansablemente, siembras en cada una(o) de nosotras(os) la semilla de tu amor. Ayúdame a mirar el mundo siendo consciente de que tú lates en El, y de que, imperceptiblemente, vas poniendo luz en cada vida.

¿Miro al mundo intuyendo que Dios está transformándolo?

¿Dónde hay destellos de Dios?



Original por: ©Jesuitas. Provincia de Castilla.

No hay comentarios:

Publicar un comentario