jueves, 31 de marzo de 2016

Viviendo las obras de misericordia en la institución educativa Pedro Pablo Atusparia

Comparto con ustedes los frutos de mi oración en un día de retiro comunitario, ¿cómo estoy viviendo las obras de misericordia en el mundo de la educación? Primero contemple la ternura de Dios y de su hijo Jesucristo el Verbo Encarnado. El Padre no escatima, por amor a nosotras(os) enviar a su único hijo para salvarnos. Su hijo Jesús por amor a nosotras(os) da su vida libremente.

Lo que más me dejo absorta sin palabras, es tener la gracias de sentir, acoger en este momento ese amor apasionado por la humanidad que tiene Dios, en cada una de nosotras(os).

Luego pase a revisar mi vida  a través de las obras de misericordia, primero me encontré con las siguientes frases, de algunos de mis compañeros: hermana no se desgaste que nadie le va a decir gracias, hermana nadie le va hacer un monumento, hermana usted ama demasiado su trabajo, eres muy responsable, necesitas tomar tiempo para ti…
Inmediatamente ore en ese contexto, mi vida desde las obras de misericordia, curiosamente me encontré en este tiempo viviendo más las obras de misericordia espiritual que la corporal.

Quiero compartir con ustedes dos acontecimientos, de los muchos vividos… Trajo a mi oficina el auxiliar de educación a un niño, del primer grado de secundaria que había llegado tarde, su intención es que yo le reprendiera por llegar tarde. Para el asombro del auxiliar lo senté y comencé a conversar con él, mi pregunta fue ¿Por qué llegaste tarde al Colegio? Él me dijo: mi papá no depósito el dinero, le dije; cuéntame qué relación existe en que tu papá no deposito el dinero y que llegaras tarde. Me contestó,  cuándo mi mamá está preparando el almuerzo el gas se terminó, como no había dinero no pudo comprar el gas, entonces ella tuvo que cocinar con electricidad, lo cual fue lento, almorcé tarde y por eso llegue tarde. Esta realidad hizo que como directivos cambiemos nuestras formas de abordar a los niños cuando llegan tarde.

Otra eventualidad que hace poco trastoco mi corazón, fue la de una madre de familia con cáncer, fue una gran oportunidad, para ella y para mí el poder escucharla, todo su sufrimiento ante esta realidad. La gran mayoría solo quieren ser escuchadas, acogidas y amadas en esa situación.


Quiero compartir lo que vivo con una foto de nuestra misionera, la señorita Ivonne, que está en este tiempo apoyándonos en la Institución, porque personaliza lo que yo vivo en esta misión.


No hay comentarios:

Publicar un comentario